Autismo: señales de alarma
Existen indicadores de riesgo fácilmente reconocibles alrededor de los 18 meses del niño para detectar un Trastorno del Espectro del Autismo. Es importante que estos indicadores formen parte del conocimiento del personal sanitario, educativo y de la sociedad en general. Una detección temprana de un niño con riesgo de TEA, dará paso a un diagnóstico más concreto y a una intervención adecuada en los primeros años, lo que mejora significativamente el pronóstico.
SEÑALES DE ALARMA EN NIÑOS MENORES DE DOS AÑOS
ÁREAS DE COMUNICACIÓN Y SOCIALIZACIÓN
1. Casi nunca atiende cuando se le llama. A veces parece sordo.
2. No señala para mostrar o compartir su interés.
3. No ha desarrollado lenguaje oral, o lo ha perdido.
4. Si tiene lenguaje, pero lo usa de manera peculiar, o es muy repetitivo.
5. Se ríe o llora sin motivo aparente.
6. No reacciona casi nunca ante nada de lo que ocurre a su alrededor.
7. Parece no interesarse por lo demás.
8. Apenas mira a la cara sonriendo a la vez.
9. Generalmente no se relaciona con los otros niños, no les imita.
10. No suele mirar donde se le señala.
ÁREAS DE JUEGO Y EXPLORACIÓN DEL ENTORNO.
11. Es muy sensible a ciertas texturas, sonidos, olores o sabores.
12. Tiene movimientos extraños, repetitivos.
13. Presenta rabietas o resistencia ante cambios ambientales.
14. Tiene apego inusual a algunos objetos o a estímulos concretos.
15. Usa objetos de manera peculiar (girarlos, tirarlos, alinearlos…)
16. Apenas realiza juego social, simbólico o imaginativo («hacer como si»…)
17. Sus juegos suelen ser repetitivos.
Resumen de la Mesa de Detección Precoz y Atención Temprana de AETAPI (Asociación Española de Profesionales del Autismo
¿Qué significa que hay sospechas de que su hijo tenga un problema en el desarrollo social y comunicativo?
Ante la sospecha…¿cuál es el proceso a seguir?
Los TEA presentan un conjunto de alteraciones principalmente en las siguientes áreas de desarrollo: comunicación, socialización e imaginación. La forma en la que se manifiestan estas alteraciones varía mucho de un niño a otro.
Dichas alteraciones se producen porque existe un trastorno neurológico crónico de base. La causa o causas están todavía por determinar, pero se ha demostrado que no existe ninguna relación causal entre las actitudes y las actuaciones de los padres y el origen de los TEA.

Me encanta vuestro nuevo post, muy fácil de entender e ilustrativo. Además, está genial el nuevo aire que le habéis dado al blog.
Recomiendo en relación a este tema una película que vi hace poco: María y yo. Seguro que os gusta.
Besinos!